Ermita del Calvario (Priego de Córdoba) |
Al principio hubo
ilusión, efímera alegría tras su visita, derroche de felicidad que terminó
esfumándose y retornando a la más simple monotonía.
La quisieron dejar morir antes de tiempo, en soledad. Nadie le hablaba, ni le
cantaba, ni le sonría. Nadie apreciaba su belleza. Ella seguía siendo la misma
pero el paso de los días la carcomía y aquello que tan ansiosa esperaba quizá
nunca llegaría.
Pasó el tiempo y se marchitó como ocurre con tantas otras cosas. "Al fin y al cabo, todo termina"; "Al fin y al
cabo, nada es eterno..."
Pasó el tiempo y aún marchita, allí estaba ella…logrando mantenerse erguida y en pie, crecida ante las adversidades, marcando el lugar, mostrando
la esperanza de que aún sí podía y quería seguir floreciendo.
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